Cejas, labios, dientes, quijadas, fosas nasales, piel, aretes, cicatrices, poros, orejas. Para Retratos de cámara Ricardo Munoz ha decidido hacer retratos individuales de las personas –y algún animal- que trabajan en la sede Kennedy de la Cámara de Comercio de Bogota. Al agigantar los rostros de estas personas que se conocen a veces de vista, a veces cercanamente, el fotógrafo mas que buscar defectos y huellas quiere que nos reconozcamos y reconozcamos a los demás, iluminar brevemente un espacio en nuestra vida.
En estos retratos puede verse la tensión y ansiedad de estar frente a la cámara, sabernos examinados por una maquina que por decirlo así, “no perdona”. Para lograr estas imágenes llenas de precisión, el fotógrafo ensambla tres tomas diferentes, obtenidas en la misma sesión y que unificadas dan por resultado este mapa de experiencias que es nuestro rostro. Pero quizá lo que nos sorprenda es que el mismo retratista a pesar de aparecer teniendo todo bajo control se sorprende con el resultado final, pues la fotografía, inexorable, siempre desaparece.
Estas imágenes desafían nuestra vanidad y mas allá de quedar bonitos o quedar feos, de aparecer con una sonrisa forzada, al fotógrafo le interesa explorar nuestro carácter, la huella de nuestros gestos, nuestra manera de adornarnos y regalarnos así una imagen inédita, sorpresiva y muy elaborada de nosotros mismos, vistos como no nos habíamos visto, como no nos conocíamos. Como un espejo, estos retratos nos presentan a ese gran desconocido, nosotros mismos.
Santiago Rueda, Julio 2011.